1 de marzo de 2011

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Aunque en los últimos años su popularidad en nuestro país ha ido aumentando, los mercadillos navideños de Alemania siguen siendo bastante desconocidos para muchos viajeros españoles. Sin embargo, quien los descubre suele repetir porque se encuentra con una experiencia inolvidable, algo totalmente distinto a los mercadillos navideños de nuestras latitudes.

Las grandes ciudades alemanas suelen acoger uno o varios mercadillos en distintos lugares, pero también hay mercados en los pequeños pueblos, tal vez más auténticos y encantadores que los de las grandes urbes. Lo que les hace diferentes a los nuestros es el ambiente que se respira en ellos, la decoración -a menudo cargante- de los puestos navideños, la música, la nieve… En Alemania tanto niños como adultos viven la Navidad muy en serio.

Los puestos suelen vender todo tipo de adornos y productos navideños. No faltan los abetos naturales o los dulces típicos y por supuesto, el Glühwein, el famoso vino dulce de Navidad que se bebe caliente y que nos permite entrar en calor y proseguir la visita al mercadillo. También encontramos a menudo pistas de hielo donde patinan familias enteras, sin olvidarnos de los imprescindibles puestos donde comprar un sabroso Bratwurst.



Uno de los más famosos es el de Nuremberg, que en estas épocas se convierte en la capital del país. De allí son originarios los famosos Adventstollen, los pasteles navideños de jengibre que se consumen en todos los hogares alemanes. Sin embargo el lugar más espectacular para pasar unas navidades en Alemania es el precioso pueblo de Rothenburg ob der Tauber, en la región de Franconia, un lugar de belleza indescriptible que parece sacado de un cuento de hadas. Sus casas, sus tiendas, sus calles empedradas… Todo parece pensado por y para dar cobijo al mercado navideño más bonito de Alemania y tal vez de Europa.

Por lo demás, los mejores mercados se encuentran en el sur del país: Baviera y la Selva Negra. Cada pueblo, cada ciudad, tiene su mercado navideño con caracter propio. Sería imposible hacer aquí una lista de todos ellos, pero por citar algunos de los más interesantes señalaremos el grandioso mercado de Navidad de Stuttgart, situado en la Schlossplatz, que alberga un pequeño bosque artificial por cuyo interior viaja un tren para niños. En Konstanz, el mercado se extiende a orillas del majestuoso Bodensee, el Lago Constanza. Más al norte, en Colonia, se instala cada año un barco convertido mercado flotante en aguas del Rin. En Munich se montan varias pistas de hielo y la Marienplatz se llena de ricos colores y olores. En Gengenbach el ayuntamiento se convierte en un gigantesco calendario de Adviento en la que cada día antes de Nochebuena se abre una ventana iluminada con alguna figura navideña…

Desde finales de noviembre hasta el día de Navidad los mercados navideños inundan Alemania ofreciendo al viajero la ocasión de saborear todo el encanto de la Navidad centroeuropea.

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